Empezó a sonar The Path, contundente canción del último álbum del grupo, Over the Under (2007). El público, fiel y con ganas de corear cada palabra que salía de la boca de Phil Anselmo, entró en un momentáneo éxtasis cuando la banda se posicionó en el escenario. Éste se vio apagado pasado poco más de un minuto, momento en que la voz de Anselmo se dejó de oír, pese que sus labios seguían movíendose, y la banda dejó de tocar. "De ninguna manera vamos a empezar el concierto con un micro roto", declaró el vocalista con simpáticos aspavientos. Le dieron otro micrófono y el grupo reanudó la canción. La elegancia y el temple con que Anselmo solucionó la situación fue una clara muestra de su carácter seguro y fuerte. No perdió la calma, no se enfadó y después continuó cantando como si no hubiera pasado nada. Excelente actitud, mejor sonido: el repertorio se basó en gran parte en el primer álbum del grupo, Nola (1995), del cual interpretaron temas como Hail the Leaf, Lifer, Losing All o Eyes From the South. Pura tralla que sonaba a gloria para los fans del heavy metal que abarrotaban Apolo. Blues metal, metal sureño, interpretado con la maestría del veterano. Del último disco, además del tema ya mencionado, el grupo tocó Beneath the Tides, Three Suns and One Star, NOD y el single On March The Saints. Entre canciones, Anselmo y la banda se dieron tiempo para hablar al público y escuchar sus rugidos y cánticos, y para bromear entre ellos. Anécdotas destacables son el hecho que Anselmo subiera al escenario a una fotógrafa para que sacara una fotografía del grupo con el público de fondo, como recuerdo de la primera actuación de Down en España:
Especialmente cómico fue el momento en que, justo después de acabar una canción, pasó un sujetador, lanzado desde el público, rozando la cara de Anselmo. Éste bromeó un rato con el sujetador en la mano, pero pocos segundos cayó otro sujetador, también del público, que inició una lluvia de sujetadores (almenos 4 o 5 cayeron en total), acabada por el lanzamiento de unas bragas negras (o tanga, un servidor no lo supo discernir) que acabaron en la cabeza de Kirk Windstein, el guitarrista gordo, calvo y barbudo que ven en la foto, a quien sus compañeros fueron colocando uno a uno los sujetadores que iban cayendo. Todos, pues, acabaron colgando del robusto cuerpo de Windstein, menos uno -blanco- que acabó colocado por encima de la camiseta -negra- del batería Jimmy Bower.
Musicalmente hablando, los puntos álgidos del concierto fueron cuando la banda interpretó los siguientes temas: Swan Song, perfecta canción del disco Nola que, según dijo Philip Anselmo, Down no suele tocar en directo; Temptation Wings y la melódica y pegadiza Stone the Crow (a la que el público se entregó totalmente), dos clásicos, también de Nola; la bluesera Learn From My Mistakes, del disco Down II: A Bustle in your Hedgerow; y la lenta y atmosférica Jail, durante la cual Anselmo indicó al público cuándo dar palmas para acompañarla. Y, para acabar el concierto, Bury Me in Smoke, probablemente el mejor tema de la banda, o almenos uno de los que define más su estilo y lo lleva a su máxima expresión. "Cuando muera, enterradme en humo", cantaba Anselmo en el melódico estribillo, mientras el escenario se llenaba de un humo tan espeso que a penas dejaba que el público viera a la banda. Al final de la canción, otro punto curioso del concierto: saltan al escenario dos miembros -supongo- del staff (equipo) de Down, y les son entregadas las guitarras de Pepper Keenan y Kirk Windstein. El solo final lo interpretó una chica peinada con largas trenzas, que se había adueñado de la guitarra de Windstein, mientras Anselmo la aplaudía primero -pues tocó bastante bien- y le sobaba los pechos después. Finalmente, acabado el show, Anselmo se quedó solo encima del escenario recibiendo la ovación del público de rodillas y haciéndonos una petición: "Contad a la gente lo que habéis visto aquí. Que corra la voz".
Fotos robadas de aquí.