Normalmente se considera como "el clásico" al primer filme de la trilogía, En Busca del Arca Perdida. En él se concentran algunas de las claves principales del cine de aventuras. Sólo hace falta ver la primera escena para darse cuenta de ello. Hay buenas dosis de acción, espectacularidad, una turbulenta historia de amor (¿?), lucha contra los nazis y humor. Elementos perfectamente combinados en una película sobresaliente. En la segunda aventura, El Templo Maldito, tenemos más de lo mismo pero de forma exagerada y algo grotesca. Si en la primera la chica, Marion, es atrevida, con carácter y con la capacidad de llevarse al cuerpo cantidades de alcohol que tumban a un hombre de dos veces su tamaño, ahora, un año antes (se trata de una precuela), aparece de la nada Willie, una furcia medio tonta, pija y miedica, que sólo tiene en mente buscarse un marido rico, arreglarse el pelo y fornicarse a Indy. La "turbulenta" historia de amor de El Arca Perdida, que supuestamente había comenzado unos años antes, se desvanece inexplicablemente (sí, las precuelas sirven para eso, la segunda parte explica lo que pasó antes de la primera, ayudando a atar cabos al personal). Para un servidor, aquí es donde se refleja de forma más clara el principal defecto de la trilogía, que es la falta de coherencia entre las tres películas. Vamos, más que falta de coherencia en sí, es el hecho de que no están ligadas por nada más que por el propio explorador, que vive aventuras totalmente independientes las unas de las otras. Pero no nos desviemos. El caso es que El templo perdido tiene uno de sus pilares argumentales en la relación de Indiana Jones con una mujer estúpida. Tiene su gracia, teniendo en cuenta que la acción transcurre en lugares sucios, llenos de bichos y de personas que extirpan corazones y comen cerebros. Además, tenemos al joven Tapón, el personaje de la saga más odiado por un servidor, que hace de sidekick del protagonista (¡como si Indy necessitara uno!). Éste también aporta dosis de humor bastante infantil, cursi, por decirlo de alguna forma. En cuanto al argumento, es el más raro de la trilogía: para empezar, en vez de nazis tenemos a una secta hindú que roba a niños y adora a un Dios malvado. Todo es, pues, mucho más experimental que en la primera entrega. La fantasía ocupa un terreno mucho más amplio. Otra particularidad del filme es que toda la acción transcurre en un espacio muy determinado (o sea, el templo y, al final, sus alrededores). A excepción de la notable primera escena, muy Jamesbondiana, que transcurre en Shanghai (¡en el Club Nocturno Obi-Wan!). Pese a todo, de nuevo es innegable que estamos ante una obra excelente. Gracias a escenas como el banquete, las carreras por los carritos en la mina, o la mítica escena del puente gigante, todas ellas ya clásicas hoy día. Será la más floja de las tres, pero sin duda se trata de un emocionante viaje que no da ni un respiro al espectador.
En 1989, cinco años después de El Templo Maldito, se estrena Indiana Jones y la Última Cruzada. Ésta presenta algunas novedades destacables. En primer lugar, la escena inicial nos ofrece la que podríamos catalogar como la primera aventura de Indiana Jones. Vemos en ella como un Indy muy joven vestido de boy scout arrebata la Cruz de Coronado a un ambicioso arqueólogo. En el desarrollo de la trepidante acción se nos explica como Indy consiguió el látigo, el sombrero y la cicatriz (que en realidad se hizo el propio Harrison Ford haciendo el cafre con su coche). También se da una explicación coherente a su fobia a las serpientes. Es una primera escena que dice mucho de lo que va a ser todo el filme: acción muy mesurada y con contenido. Casi todo tiene algún significado en La Última Cruzada, y en ocasiones la fuerza del guión pasa por encima de la mera espectacularidad. Otro aspecto resaltable es el personaje de Sean Conery, Henry Jones, el padre de Indy. Cambio de sidekick: si en El Templo Maldito Indiana Jones viajaba junto a un niño chino que se había encontrado por la calle y con quien no tenía nada que ver, ahora viaja con... ¡su padre! Su progenitor, que tanto lo ignoró cuando era niño, con quien no tiene apenas relación, a quien guarda rencor desde la infancia. Su padre, el torpe, despistado, pero inteligente, sabiondo, estudioso. El personaje, interpretado brillantemente por Sean Conery, es de lo mejor del filme y de la saga. De él salen las frases más ingeniosas, y de la relación con Indy, los gags más graciosos. La supremacía del guión sale a la superficie en momentos clave, como cuando se descubre que padre e hijo se han acostado con la misma mujer, o cuando Henry abate una avioneta enemiga a base de gaviotas. Otro punto fuerte del filme es la historia de amor, la más elaborada e interesante de la trilogía. Indy (al igual que su padre) tiene un idilio con Elsa Schneider, rubia misteriosa, seria y con carácter. Y traidora, y nazi, aunque eso no se desvela al inicio de la película. El caso es que por primera vez en la trilogía vemos a un Indy realmente enamorado, capaz casi de dar su vida por una mujer. Y, por otra parte, resulta interesante que no se acabe de descubrir nunca hasta qué punto Elsa quiere a Indy; ni siquiera sabemos hasta qué punto es nazi, ni hasta qué punto es mala persona. Lo único que queda claro es que quiere el Santo Grial a toda costa. Ahora comparen los personajes de Marion y, sobre todo, Willie, con el de Elsa. Para un servidor no hay color. Pasemos a analizar otros acpectos. Las bromas, por ejemplo. La Última Cruzada es seguramente la película más divertida de la saga. Los gags están buscados, son ingeniosos, y eso se nota (la escena en que el mismísimo Adolf Hitler firma un autógrafo a Indiana Jones no tiene precio). Pero no sólo es el guión lo que hace superior a esta película. También es excelente, por ejemplo, la fotografía (la escena de las avionetas, por decir algo, es una buena muestra de ello). Y el mismo argumento es más rico que las otras dos: aquí tenemos pelea en el tren de un circo, persecuciones por agua, sobre ruedas y en avión, incluso tenemos paseos por cloacas y templos extraños. Una variedad que se hechaba de menos en El Templo Maldito. Por último, y nunca mejor dicho, el final es más emocionante que en las otras dos. En El Arca Perdida el final es simplemente correcto, nada más. Tenemos a Indy y Marion prisioneros de los nazis que, incautos, abren una caja de pandora de la cual salen espectros malignos que acaban con todos ellos. Indiana Jones y su compañera se salvan de la masacre porque mantienen los ojos cerrados. Bien. Tampoco era demasiado difícil construir un final más profundo. El final de La Última Cruzada juega con la tensión de Indy, que debe conseguir el Grial rápidamente para salvar la vida de su padre. Las tres pruebas que debe pasar tienen todas su lógica explicación y son resueltas con gracia, casi por los pelos, por el protagonista (es destacable el truco visual utilizado para la última, cuando Indy cruza el puente a priori invisible). Además, se juega también la baza del amor, cuando Elsa está dispuesta a morir por quedarse con el Grial, y Indy no es capaz de salvarla.
En definitiva, y para los que han decidido saltarse la parrafada: La Última Cruzada es la que me gusta más, y punto. Oremos por Spielberg, Lucas, Ford y compañía para que de ellos salga una buena cuarta parte. Y recuerden...
...Keepin' up with the Joneses!
2 comentarios:
M'ha agradat molt aquest article. És com si l'hagués escrit jo. És clar que, en aquest cas, estaria molt millor i tindria més profunditat i més art i tal.
No, de debó, ha estat molt agradable. Per un fan d'alguna cosa sempre és agradable llegir quelcom escrit per un altre nerdy... tot i que jo accepto que la tercera és la més ben feta i objectivament la millor de les tres, per mi la que té més valor sentimental sempre serà la primera...el final mateix és brillant, i realment té més carisma que la tercera, tot i que aquella sigui més divertida, currada i tingui millors personatges.
Big up Killer.
Estic amb tu Adrià. De totes totes. El Costa com sempre...bé, deixem-ho aquí: tanta electrònica no és bona, excepte Chris Clark i el seu hit "Vengeance Drools". Per mi "La Última Cruzada" no és tan sols la millor d'Indy, sinó probablement el millor film d'aventures que he vist mai i que més m'ha il·lusionat de petit.
EL 22 de Maig torno als cinemes que venen crispetes.
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