lunes, 26 de mayo de 2008

Destrucción Gutural


Lunes 19 de mayo. Son las 7 de la tarde y el cielo barcelonés se muestra reacio a mostrar los cuatro débiles rayos de sol que ocultan unas amenazadoras nubes grises. Una bonita tarde de tintes apocalípticos, y todavía no tengo la entrada para Napalm Death. De hecho ni siquiera sé a qué hora van a tocar. Pese a mis indagaciones en la red, no he sido capaz de encontrar ni un miserable horario. Sólo sé que será en la sala Mephisto, local que ya visitaron en 2006. Desconozco su ubicación exacta. Pero de esto ya me ocuparé más tarde. Me dirijo a la metalera calle Tallers con la esperanza de encontrar entradas en alguna de sus numerosas tiendas de música. Nada, demasiado tarde, hay que comprarlas en taquilla. Ahora coge el metro hasta Llacuna, pregunta en un bar dónde está la sala Mephisto y camina hasta el lugar indicado. Una veintena de personas esperan en la puerta. La mayoría sin entrada, esperando a que abran las taquillas. Por los comentarios que oigo, los hay que se han enterado hace unas horas de que se iba a celebrar este concierto. Un acontecimiento bastante importante en la escena del metal extremo: los legendarios Napalm Death, los contundentes Suffocation y los desconocidos Warbringer, que prometen porque las letras de su logotipo son bastante mareantes y retorcidas, como debe ser. Lo sé porque hay carteles en la pared.


Como éste pero con la hora de apertura de puertas: 20.30. A las ocho abren la taquilla, y poco después, la puerta. Todavía quedan entradas para todo el mundo. Entro y a las 20.15 la sala está prácticamente vacía. Lo primero que pienso es que la sala Mephisto es demasiado pequeña para un grupo con la trayectoria de Napalm Death. Ellos fundaron hace casi 30 años el grindcore, sub-subgénero proveniente del hardcore punk. Su estilo, de los más duros y agresivos que existen, combina la guturalidad del death metal con una velocidad extenuante y diversos elementos que proporcionan un ambiente satánico y ruidoso: guitarras distorsionadas, batería superacelerada, chillidos. Todo un espectáculo que merece la pena ver. Embriagado de estos pensamientos, tardo en reaccionar cuando me doy cuenta que cinco jóvenes melenudos han subido al escenario y están realizando pruebas de sonido. La sala se ha llenado bastante, supera ya la media entrada, y los Warbringer van a empezar su actuación. Que ellos mismos hagan las pruebas de sonido indica que se trata de una banda bastante underground. El cantante –lo reconozco porque es el único que no tiene entre manos un instrumento- lleva una camiseta de Sepultura, ídolos del Thrash Metal. El bajista lleva una camiseta de Thin Lizzy, banda de rock de los 70. La influencia de Phil Lynott, fallecido bajista, cantante y líder del grupo, siempre es una buena garantía. Warbringer empieza a tocar ante la indiferencia del público, que no presta mucha atención al thrash metal ochentero disparado a discreción desde el escenario. Esto no influye en el ánimo del grupo: el cantante y uno de los dos guitarristas se muestran francamente motivados, según revelan sus pintorescas expresiones faciales. Voz chillona y rasgada, virtuosismo guitarrero y velocidad. Clásico y bien ejecutado. En una primera interacción con el público, el vocalista revela que el grupo viene de Los Angeles, California. Habla a gritos, casi como si cantara, e intenta sin mucho éxito enchufar vitalidad a la audiencia. “Escribimos una nueva canción antes de salir de gira”, dice el cantante (en inglés, obviamente), “¿queréis oírla?”. Indiferencia. “He dicho, ¿queréis oírla?” “Yeah, we want to hear it”, responde alguien con desgana. Hacia el final de la actuación, el ambiente se caldea un poco. Se forma un circle pit de unas cuatro personas y un chico sube al escenario para luego lanzarse desde él. No hay seguridad ni sobre el escenario ni frente a él, pero esto poco les parece importar a los miembros de Warbringer.


Al finalizar la actuación de los californianos, la sala prácticamente se ha llenado por completo. Mientras espero a Suffocation, me fijo en la gente que tengo alrededor. Sorprendentemente, hay casi más gente con el pelo corto y, en ocasiones, gorra que metaleros melenudos. Se ven bastantes camisetas de Napalm Death, pero también de otros grupos de heavy e incluso de punk: desde Motörhead, Metallica y Machine Head hasta Sex Pistols y Exploited. Salen al escenario los neoyorquinos Suffocation. Se nota en el ambiente que el público está expectante. Hay gente con camisetas del grupo, aunque no son mayoría. La gente encara el escenario. El estilo de Suffocation es bastante más agresivo que el de Warbringer. Ahora entramos ya en el terreno del death metal y las voces guturales. Eso sí, todo ello envuelto en una técnica cuidada meticulosamente y ejecutada con maestría y veteranía –hay que tener en cuenta que el grupo se formó en 1990. Los músicos se toman su tiempo haciendo las pruebas de sonido. Parece que no les acaba de gustar como suenan sus instrumentos. Quizás son demasiado quisquillosos para ser intérpretes de metal extremo. Al menos está claro que forman un conjunto bastante pintoresco, que incluye a dos negros rastafaris, uno de ellos con gafas. El cantante, Doug Cerrito, está rapado y lleva una camiseta sin mangas y pantalones anchos. Realiza las pruebas de sonido de los micros de forma muy deathmetalera: “check, check, one, two, one two, ggggggggggggggggwwwwwwwwwwwwwaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrggggghhhhh (gruñido gutural furioso)”. Cuando empiezan a tocar es evidente que el vocalista sabe emplear su carisma. Mueve la cabeza y las manos al frenético compás de la batería, mientras saca la lengua en muestra de gamberrismo. El público responde con considerables pogos en cada canción que va sonando. “This song is about killing people”, (en inglés hace más gracia) dice Cerrito en un momento de la actuación. “Es algo que todos queremos hacer, especialmente en un lunes”. Cuánta razón tienes, amigo. Todo esto me lleva a pensar que éste no es un concierto a priori demasiado apto para mujeres. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que, pese a que, como es obvio, predominan los hombres, la presencia femenina es considerable. Poco después, la presión de unos pechos de considerable magnitud en mi espalda confirman mi suposición.


Acaba la actuación de Suffocation con los ánimos muy caldeados. Realmente han dejado el listón alto. Ahora sólo queda el plato fuerte de la noche. Son las 22.45. Me acerco al escenario y consigo situarme en la segunda fila. Delante de mí, varios fans con camisetas de Napalm Death, una chica con su novio y un tío con una camiseta de Pink Floyd. En primera fila. Con una camiseta del grupo setentero de rock psicodélico Pink Floyd. En la primera fila de un concierto de Napalm Death. Me pregunto si alguien le ha engañado o si su intención era vacilar. Supongo que la respuesta correcta es la segunda opción. Hay que tener en cuenta que el grindcore tiene seguidores de estilos de música bastante diversos. Napalm Death puede atraer a roqueros y a alternativos de todos los tipos. Media hora de espera y pruebas de sonido. Esta vez las realizan gente del staff del grupo, no sus propios miembros. Cuando por fin la banda sale al escenario y empieza a tocar, queda claro que su misión no es otra que arrasar con su mastodóntico poderío musical. El grupo abre con Skin Fast, Let Go, de su último disco, Smear Campaign, del que interpretan unas cuantas canciones en la primera parte del concierto. “Este disco habla de la religión, que es la mayor gilipollez y comida de tarro de la historia, y está dirigido a los librepensadores como vosotros”, proclama Barney Greenway, el cantante y líder. El público vocea satisfecho. Más tarde, el grupo toca casi todas las canciones de su primer disco, Scum, de un tirón. Es comprensible, pues la mayoría de ellas duran poco más de un minuto. Incluso interpretan la clásica You Suffer, récord guiness por durar menos de un segundo. Otro punto interesante es cuando tocan su propia versión del clásico Nazi Punks Fuck Off del grupo de hardcore punk Dead Kennedys. Brutal. En conjunto, todo el concierto, que dura aproximadamente hora y media, se basa en violencia, ruido, potencia, velocidad y éxtasis. Mucho pogo y mucha entrega tanto del público como de la banda, especialmente de su líder, que al final del recital se queda en el escenario dando la mano a todos los afortunados, uno por uno, que nos encontramos en las primeras filas. Todo indica a que el futuro aún no está escrito para esta veterana banda de 27 años de trayectoria. 27 años muy bien llevados.

miércoles, 30 de abril de 2008

Humo y sujetadores


El pasado jueves 24 de abril, el supergrupo de sludge/doom/stoner/heavy metal Down visitó España por primera vez desde su creación en 1991, con un concierto frenético en la sala Apolo de Barcelona. El cantante Philip Anselmo, el bajista Rex Brown (ambos ex-miembros de la célebre banda de groove metal Pantera), los guitarristas Pepper Keenan (vocalista y guitarrista de Corrossion of Conformity) y Kirk Windstein (líder de Crowbar), y el baterista Jimmy Bower (también miembro de Crowbar), pasaron por la capital catalana para descargar decibelios y buen humor. Curiosamente, a petición del grupo, no hubo teloneros. En vez de eso, se ofreció a los asistentes un documental de una hora sobre una gira europea de la banda en 2006. Básicamente se trataba de un montaje bastante simple que incluía grabaciones domésticas del grupo entre bastidores combinadas con vídeos de distintos grupos musicales que han tenido influencia en el sonido de Down, entre ellos Black Sabbath, Deep Purple, Scorpions, AC/DC y Ted Nugent. Bastante aburrido, sobre todo por la excesiva duración de los clips de otros artistas comparada con el material documental propiamente dicho. Aun así, el film recoge algún momento divertido, como el de la fiesta nocturna que se monta el grupo junto al guitar god Zakk Wylde (líder de Black Label Society y guitarrista de Ozzy Osbourne) en un hotel, que acaba con el lanzamiento indiscriminado de objetos pesados por el balcón de la habitación. La película acabó con un clímax de imágenes y música del grupo que, a juego con la centelleante iluminación de la sala y mientras se iba retirando automáticamente la pantalla sobre la que discurría la proyección, acabó fundida con el ruido de guitarras eléctricas en directo. Entonces empezó lo bueno.




Empezó a sonar The Path, contundente canción del último álbum del grupo, Over the Under (2007). El público, fiel y con ganas de corear cada palabra que salía de la boca de Phil Anselmo, entró en un momentáneo éxtasis cuando la banda se posicionó en el escenario. Éste se vio apagado pasado poco más de un minuto, momento en que la voz de Anselmo se dejó de oír, pese que sus labios seguían movíendose, y la banda dejó de tocar. "De ninguna manera vamos a empezar el concierto con un micro roto", declaró el vocalista con simpáticos aspavientos. Le dieron otro micrófono y el grupo reanudó la canción. La elegancia y el temple con que Anselmo solucionó la situación fue una clara muestra de su carácter seguro y fuerte. No perdió la calma, no se enfadó y después continuó cantando como si no hubiera pasado nada. Excelente actitud, mejor sonido: el repertorio se basó en gran parte en el primer álbum del grupo, Nola (1995), del cual interpretaron temas como Hail the Leaf, Lifer, Losing All o Eyes From the South. Pura tralla que sonaba a gloria para los fans del heavy metal que abarrotaban Apolo. Blues metal, metal sureño, interpretado con la maestría del veterano. Del último disco, además del tema ya mencionado, el grupo tocó Beneath the Tides, Three Suns and One Star, NOD y el single On March The Saints. Entre canciones, Anselmo y la banda se dieron tiempo para hablar al público y escuchar sus rugidos y cánticos, y para bromear entre ellos. Anécdotas destacables son el hecho que Anselmo subiera al escenario a una fotógrafa para que sacara una fotografía del grupo con el público de fondo, como recuerdo de la primera actuación de Down en España:




Especialmente cómico fue el momento en que, justo después de acabar una canción, pasó un sujetador, lanzado desde el público, rozando la cara de Anselmo. Éste bromeó un rato con el sujetador en la mano, pero pocos segundos cayó otro sujetador, también del público, que inició una lluvia de sujetadores (almenos 4 o 5 cayeron en total), acabada por el lanzamiento de unas bragas negras (o tanga, un servidor no lo supo discernir) que acabaron en la cabeza de Kirk Windstein, el guitarrista gordo, calvo y barbudo que ven en la foto, a quien sus compañeros fueron colocando uno a uno los sujetadores que iban cayendo. Todos, pues, acabaron colgando del robusto cuerpo de Windstein, menos uno -blanco- que acabó colocado por encima de la camiseta -negra- del batería Jimmy Bower.



Musicalmente hablando, los puntos álgidos del concierto fueron cuando la banda interpretó los siguientes temas: Swan Song, perfecta canción del disco Nola que, según dijo Philip Anselmo, Down no suele tocar en directo; Temptation Wings y la melódica y pegadiza Stone the Crow (a la que el público se entregó totalmente), dos clásicos, también de Nola; la bluesera Learn From My Mistakes, del disco Down II: A Bustle in your Hedgerow; y la lenta y atmosférica Jail, durante la cual Anselmo indicó al público cuándo dar palmas para acompañarla. Y, para acabar el concierto, Bury Me in Smoke, probablemente el mejor tema de la banda, o almenos uno de los que define más su estilo y lo lleva a su máxima expresión. "Cuando muera, enterradme en humo", cantaba Anselmo en el melódico estribillo, mientras el escenario se llenaba de un humo tan espeso que a penas dejaba que el público viera a la banda. Al final de la canción, otro punto curioso del concierto: saltan al escenario dos miembros -supongo- del staff (equipo) de Down, y les son entregadas las guitarras de Pepper Keenan y Kirk Windstein. El solo final lo interpretó una chica peinada con largas trenzas, que se había adueñado de la guitarra de Windstein, mientras Anselmo la aplaudía primero -pues tocó bastante bien- y le sobaba los pechos después. Finalmente, acabado el show, Anselmo se quedó solo encima del escenario recibiendo la ovación del público de rodillas y haciéndonos una petición: "Contad a la gente lo que habéis visto aquí. Que corra la voz".

Fotos robadas de aquí.

miércoles, 23 de abril de 2008

Blogs culturales


Estos son algunos de los blogs culturales que vale la pena visitar de vez en cuando para nutrirse de las parcelas de cultura que tienen cabida en diversas mentes juveniles:

- Le feu follet: el título promete, y no decepciona. Este es seguramente el blog más visitado y con más actividad -nótese en la importante cantidad de comentarios de cada post- de la asignatura de periodismo cultural. Fotografía, arte, películas... son algunos de los temas sobre los que divaga, con grandilocuencia, enrabasamiento y a veces cripticismo, uno de los mayores snobs que se pueden encontrar sobre la faz de la Tierra. Eso sí, entra en la tipología de snob que ignora casi por completo la música. Una lástima.

- Un triste lupanar: poético título para un blog de inspiraciones literarias, en los sentidos romántico, escatológico y sexual de la palabra. Este cabroncete de tercero de periodismo escribe sobre televisión, literatura, cómics y cine. Contenido misceláneo gestionado con lenguaje irónico, composiciones barrocas y algo de mala leche. 21 posts atestiguan que el autor dedica bastante tiempo a su tarea de blogger. 21 aportaciones, dicho sea de paso, de notable calidad. Una pega: la falta de imágenes en la sobriedad visual imperante.

- De nuevo nunca: mala leche e imágenes grotescas articulan los posts de este espacio en el que básicamente se habla de actualidad y temas polémicos. Las invitaciones al debate son constantes. El lenguaje utilizado es característico por su desenfado y su forma directa de expresar las ideas. Todo ello despierta el interés del lector, incluso si a priori ignora los temas tratados.

- My back pages: nos encontramos ante el blog de un fanático de Bob Dylan. También de Pink Floyd, Nirvana y el rock clásico y pseudoalternativo. El autor de este blog escribe sobre sus pasiones desde su punto de vista particular, pero sin dejar aparte la precisión histórica y aportando datos interesantes para enriquecer e ilustrar la información que proporciona. Blog retro y onanista.

- L'ovella negra: festival de información, opinión y crónicas para metaleros. Todo el contenido de este blog está escrito desde el conocimiento y la afición -o pasión- al estilo musical de las melenas y las guitarras distorsionadas. Escrito en un tono muy periodístico e ilustrado con fotografías diversas. Muy interesante para los amantes de la buena música.

miércoles, 16 de abril de 2008

Vender el producto


Miren esto. Y ahora miren esto y esto otro. Bien. Ahora estarán de acuerdo conmigo en que Risto Mejide es un principiante. Y por mucho que venda, no es original. En absoluto. Su "formato" de presentador cabrón está de moda desde hace unos años. En todo el mundo. Así que Risto no es nada especial. ¿Queda claro?

Gracias.

lunes, 14 de abril de 2008

Pactar con el diablo

Escribo este post a propósito de la nueva película de Martin Scorsese, Shine a Light, documental que acompaña a los Rolling Stones en el escenario durante un concierto en 2006 en el Beacon Theater de Nueva York. De Scorsese se puede decir, además de que ha filmado algunas de las mejores películas de la historia, que es un apasionado de la música (en su filmografía se encuentran otros documentales como El Último Vals y No Direction Home), del rock (algo que se ve reflejado en sus bandas sonoras) y de los Rolling Stones. Por eso no se hace extraño que el director italoamericano se decidiera a filmar a "la mejor banda de rock del mundo" en directo. Y eso es precisa y exactamente lo que se ve en Shine a Light. Un concierto entero, una actuación de pe a pa, que plasma con una tremenda efectividad lo que todos sabemos: que un grupo de cuatro viejos de más de 60 años de edad desprenden más energía que muchas bandas más jóvenes de hoy día (lo cual nos llevaría a la teoría -científicamente probada- de que las estrellas de rock ya no nacen con la testosterona que les caracterizaba hace 30 años). Y es que si alguien duda de la vitalidad de Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charlie Watts, éste documental le va a abrir los ojos de forma definitiva. El tópico de que el cuarteto tiene un pacto con el diablo se vuelve razonable tras contemplar el constante bailoteo de Jagger, que se muestra hiperactivo durante todo el concierto. De sus compañeros se puede decir lo mismo, aunque no llegan a sus extremos. Shine a Light gustará a los amantes del rock y, por supuesto, a los fans de los Rolling Stones, que verán en la pantalla grande como éstos interpretan temas como Jumping Jack Flash, Start Me Up, Shattered, Some Girls, As Tears go By, Sympathy for the Devil o Satisfaction. Además, son acompañados en tres temas por invitados especiales: Jack White, de los White Stripes, Buddy Guy y, eh, Christina Aguilera. Y poco más contiene Shine a Light a parte del concierto en sí: empieza con un escueto y ligero making off, en que se ve, entre otras cosas, como los Stones llevan loco a Scorsese con la decisión a última hora del setlist; y como desagrada a la banda la idea de llenar los alrededores del escenario de cámaras. Además, durante el concierto se van intercalando imágenes de archivo que muestran entrevistas y apariciones varias en televisión de los miembros del grupo. No es un filme especialmente profundo. Es sólo rock and roll.


miércoles, 2 de abril de 2008

Tres por el precio de una (1a parte)


Hay historias que no pueden contarse en una sola película, ni en dos. 3 es el número mágico cuando se trata de construir relatos que por su magnitud merecen algo más que dos horas de metraje. Cuando un director y una productora deciden rodar una trilogía saben que están expuestos a la posibilidad del éxito tanto como a la del fracaso estrepitoso. Hay que tener en cuenta que normalmente la trilogía es vista como una unidad, y se suele considerar que es buena o mala en su totalidad. Sí que es verdad que dentro de ella suele reconocerse alguna de las partes como mejor o peor que otra, pero generalmente se tiene una perspectiva global de la trilogía como "buena" o "mala". También puede ocurrir que se haga un filme y a partir de él -normalmente motivado por su éxito- se decida hacer una segunda parte, y después, ya que estamos, la tercera. Esto suele ocurrir con un tipo de cine básicamente comercial, o sea, del que se hace para atraer al dinero más que a la inteligencia. Y lo que acaba pasando en estos casos son dos cosas: una, que la trilogía se convierte en una serie indefinida de filmes cada vez más malos e innecessarios; dos, que el título del producto acaba desprestigiándose, pasando de tener buena cosideración después del notable primer filme, a ser sinónimo de mala calidad cinematográfica tras las mediocres secuelas. Hay trilogías que pese a no tener una pésima reputación, no dejan de ser innecesarias. Ejemplo claro de ello es Matrix: coges una película de ciencia ficción original, muy bien hecha, emocionante... y después haces una secuela aburridísima y una tercera parte lamentable. ¿Realmente era necesario?

Pero de lo que me dispongo a hablar aquí no es de filmes malos, sino de las trilogías que de alguna manera me han marcado la infancia y la adolescencia; de las que considero que son las mejores trilogías que se han hecho nunca. Sin más dilación, he aquí mi lista (sin ningún orden en particular):

- Star Wars: la primera trilogía de La Guerra de las Galaxias nos hizo soñar a todos, y cuando digo todos me refiero a 3 o 4 generaciones, con espadas láseres, pistolas de rayos y naves intergalácticas. Su Episodio IV revolucionó el género de la ciencia ficción, y todavía resiste al paso del tiempo pese a lo prehistórico de los medios que se emplearon en ella. El Imperio Contraataca regaló a la humanidad uno de los finales más reveladores que nunca se han rodado, así como una de las grandes frases de la historia del cine. En cuanto a El Retorno del Jedi, pese a que se considera la más floja de las tres, hay que reconocerle grandes méritos. Entre ellos, cerrar -drásticamente, o sea, con muertes varias- diversos hilos argumentales. También muestra unos efectos especiales bastante mejorados y contiene una de las mejores escenas de la trilogía (el duelo final entre Luke y Darth Vader). En resumen, que esta trilogía tiene que gustarte si eres humano, por su originalidad, su argumento, sus personajes, sus luchas, sus efectos especiales, sus mundos... y, por supuesto, por Han Solo.

Yow, yow

- Back to the Future: esta trilogía dice mucho de la cultura juvenil ochentera. Que básicamente puede resumirse con una frase: "That's pretty heavy!" ("¡Qué fuerte!"). Los monopatines, las pintas rockeras pseudo-macarras, el guitarreo vanhaleniano... Lástima que un servidor todavía cagara en pañales por aquellos entonces... Pero dejando todo esto aparte, la trilogía de Regreso al Futuro es un gran ejemplo de puzzle cinematográfico en que pasan muchas cosas en muy poco tiempo. Todo un lío argumental que se resuelve de maravilla, aún haciendo afrontar a los personajes curiosos dilemas (como el hecho de encontrar en el pasado al otro yo que viajó al pasado antes que yo). Todo es muy meticuloso, en cuanto al desarrollo de la acción y, por supuesto, también a la hora de explicar los entresijos técnicos del aparato en cuestión: el Condensador de Fluzo (originalmente "fujo", pero por lo visto a alguien se le coló una letra equivocada y así se quedó -historia supuestamente verídica) es el aparatejo que, con una energía eléctrica de 1,21 Gigawatts, generados por un poco de plutonio robado de unos terroristas libaneses, es capaz de hacer a un viejo De Lorean viajar por la fascinante dimensión del tiempo. Es una idea tan genial que el solo hecho de pensar en ella me hace sentir punzadas de placer en el lóbulo occipital del cerebro. Y si además la mezclo con las sensaciones que me produce Michael J. Fox versionando a Chuck Berry en una fiesta de instituto de los años 50, el éxtasis mental es indescriptible.

"This is an oldie, but, ah... well, it's an oldie where I come from"

lunes, 31 de marzo de 2008

Return of the Champions

Queen, o lo que queda de ellos, volverán a Barcelona tras su última visita en 2005. Será el próximo 22 de octubre en el Palau San Jordi. El guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor tocarán de nuevo junto a Paul Rodgers, ex-cantante de los grupos de rock Bad Company y Free (famosos por el hit clásico All Right Now). Y lo harán de nuevo sin John Deacon, el bajista de Queen, retirado desde 1997, que rechazó la propuesta de sus compañeros cuando se unieron por primera vez para seguir con el grupo sin Freddie Mercury.


El primer tour de esta nueva formación fue bastante criticado por razones obvias: el alma de Queen era Freddie Mercury, por lo que resulta lógico pensar que un grupo sin él no es Queen, por tanto no debería llamarse así. Así que seguramente si hubieran realizado la gira llamándose The Brian May Experience no hubieran sido tan criticados. Está claro que dan una cierta imagen de "vender" el producto a base de un nombre que "no se merecen", por decirlo de alguna manera. Era de esperar, pues, que los críticos se ensañaran con Paul Rogders que, pese a ser un brillante vocalista, no tiene el carisma de Freddie. También se dijo que a May se le había pasado el arroz, que sus solos de guitarra sonaban como sacados de un baúl polvoriento, como pasados de moda, fuera de su época. Sea como sea, un servidor asistirá lealmente al concierto, esperando embriagarse de nostalgia de la mejor forma posible, y coreando todo lo que esté a su abasto. Antes de eso, los fans podremos haber obtenido ya el disco de estudio que han grabado Queen y Rodgers. El CD, que todavía no tiene nombre, saldrá a la venta el próximo septiembre. Será el segundo CD de esta formación, tras el primero, Return of the Champions, CD+DVD en directo de una gira mundial que nos regaló joyas como ésta y ésta.

Pero, ante todo, no te olvidamos.

sábado, 29 de marzo de 2008

Indiana Jones: elucubraciones varias y oda a La Última Cruzada


Con motivo del próximo estreno (el 22 de mayo) de la nueva película de Indiana Jones (Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal), un servidor se entregó al placer de rememorar la célebre trilogía, una de las mejores trilogías de la historia del cine junto a, por citar algunas, la primera de Star Wars, Regreso al futuro, El Padrino y la Trilogía de la Venganza de Park Chan-Wook (ahora es cuando me insultan en los comentarios). Pues eso, volví a ver los tres filmes del famoso arqueólogo y, aunque los disfruté todos como la primera vez, quedé especialmente fascinado con la tercera parte, La Última Cruzada.


Normalmente se considera como "el clásico" al primer filme de la trilogía, En Busca del Arca Perdida. En él se concentran algunas de las claves principales del cine de aventuras. Sólo hace falta ver la primera escena para darse cuenta de ello. Hay buenas dosis de acción, espectacularidad, una turbulenta historia de amor (¿?), lucha contra los nazis y humor. Elementos perfectamente combinados en una película sobresaliente. En la segunda aventura, El Templo Maldito, tenemos más de lo mismo pero de forma exagerada y algo grotesca. Si en la primera la chica, Marion, es atrevida, con carácter y con la capacidad de llevarse al cuerpo cantidades de alcohol que tumban a un hombre de dos veces su tamaño, ahora, un año antes (se trata de una precuela), aparece de la nada Willie, una furcia medio tonta, pija y miedica, que sólo tiene en mente buscarse un marido rico, arreglarse el pelo y fornicarse a Indy. La "turbulenta" historia de amor de El Arca Perdida, que supuestamente había comenzado unos años antes, se desvanece inexplicablemente (sí, las precuelas sirven para eso, la segunda parte explica lo que pasó antes de la primera, ayudando a atar cabos al personal). Para un servidor, aquí es donde se refleja de forma más clara el principal defecto de la trilogía, que es la falta de coherencia entre las tres películas. Vamos, más que falta de coherencia en sí, es el hecho de que no están ligadas por nada más que por el propio explorador, que vive aventuras totalmente independientes las unas de las otras. Pero no nos desviemos. El caso es que El templo perdido tiene uno de sus pilares argumentales en la relación de Indiana Jones con una mujer estúpida. Tiene su gracia, teniendo en cuenta que la acción transcurre en lugares sucios, llenos de bichos y de personas que extirpan corazones y comen cerebros. Además, tenemos al joven Tapón, el personaje de la saga más odiado por un servidor, que hace de sidekick del protagonista (¡como si Indy necessitara uno!). Éste también aporta dosis de humor bastante infantil, cursi, por decirlo de alguna forma. En cuanto al argumento, es el más raro de la trilogía: para empezar, en vez de nazis tenemos a una secta hindú que roba a niños y adora a un Dios malvado. Todo es, pues, mucho más experimental que en la primera entrega. La fantasía ocupa un terreno mucho más amplio. Otra particularidad del filme es que toda la acción transcurre en un espacio muy determinado (o sea, el templo y, al final, sus alrededores). A excepción de la notable primera escena, muy Jamesbondiana, que transcurre en Shanghai (¡en el Club Nocturno Obi-Wan!). Pese a todo, de nuevo es innegable que estamos ante una obra excelente. Gracias a escenas como el banquete, las carreras por los carritos en la mina, o la mítica escena del puente gigante, todas ellas ya clásicas hoy día. Será la más floja de las tres, pero sin duda se trata de un emocionante viaje que no da ni un respiro al espectador.



En 1989, cinco años después de El Templo Maldito, se estrena Indiana Jones y la Última Cruzada. Ésta presenta algunas novedades destacables. En primer lugar, la escena inicial nos ofrece la que podríamos catalogar como la primera aventura de Indiana Jones. Vemos en ella como un Indy muy joven vestido de boy scout arrebata la Cruz de Coronado a un ambicioso arqueólogo. En el desarrollo de la trepidante acción se nos explica como Indy consiguió el látigo, el sombrero y la cicatriz (que en realidad se hizo el propio Harrison Ford haciendo el cafre con su coche). También se da una explicación coherente a su fobia a las serpientes. Es una primera escena que dice mucho de lo que va a ser todo el filme: acción muy mesurada y con contenido. Casi todo tiene algún significado en La Última Cruzada, y en ocasiones la fuerza del guión pasa por encima de la mera espectacularidad. Otro aspecto resaltable es el personaje de Sean Conery, Henry Jones, el padre de Indy. Cambio de sidekick: si en El Templo Maldito Indiana Jones viajaba junto a un niño chino que se había encontrado por la calle y con quien no tenía nada que ver, ahora viaja con... ¡su padre! Su progenitor, que tanto lo ignoró cuando era niño, con quien no tiene apenas relación, a quien guarda rencor desde la infancia. Su padre, el torpe, despistado, pero inteligente, sabiondo, estudioso. El personaje, interpretado brillantemente por Sean Conery, es de lo mejor del filme y de la saga. De él salen las frases más ingeniosas, y de la relación con Indy, los gags más graciosos. La supremacía del guión sale a la superficie en momentos clave, como cuando se descubre que padre e hijo se han acostado con la misma mujer, o cuando Henry abate una avioneta enemiga a base de gaviotas. Otro punto fuerte del filme es la historia de amor, la más elaborada e interesante de la trilogía. Indy (al igual que su padre) tiene un idilio con Elsa Schneider, rubia misteriosa, seria y con carácter. Y traidora, y nazi, aunque eso no se desvela al inicio de la película. El caso es que por primera vez en la trilogía vemos a un Indy realmente enamorado, capaz casi de dar su vida por una mujer. Y, por otra parte, resulta interesante que no se acabe de descubrir nunca hasta qué punto Elsa quiere a Indy; ni siquiera sabemos hasta qué punto es nazi, ni hasta qué punto es mala persona. Lo único que queda claro es que quiere el Santo Grial a toda costa. Ahora comparen los personajes de Marion y, sobre todo, Willie, con el de Elsa. Para un servidor no hay color. Pasemos a analizar otros acpectos. Las bromas, por ejemplo. La Última Cruzada es seguramente la película más divertida de la saga. Los gags están buscados, son ingeniosos, y eso se nota (la escena en que el mismísimo Adolf Hitler firma un autógrafo a Indiana Jones no tiene precio). Pero no sólo es el guión lo que hace superior a esta película. También es excelente, por ejemplo, la fotografía (la escena de las avionetas, por decir algo, es una buena muestra de ello). Y el mismo argumento es más rico que las otras dos: aquí tenemos pelea en el tren de un circo, persecuciones por agua, sobre ruedas y en avión, incluso tenemos paseos por cloacas y templos extraños. Una variedad que se hechaba de menos en El Templo Maldito. Por último, y nunca mejor dicho, el final es más emocionante que en las otras dos. En El Arca Perdida el final es simplemente correcto, nada más. Tenemos a Indy y Marion prisioneros de los nazis que, incautos, abren una caja de pandora de la cual salen espectros malignos que acaban con todos ellos. Indiana Jones y su compañera se salvan de la masacre porque mantienen los ojos cerrados. Bien. Tampoco era demasiado difícil construir un final más profundo. El final de La Última Cruzada juega con la tensión de Indy, que debe conseguir el Grial rápidamente para salvar la vida de su padre. Las tres pruebas que debe pasar tienen todas su lógica explicación y son resueltas con gracia, casi por los pelos, por el protagonista (es destacable el truco visual utilizado para la última, cuando Indy cruza el puente a priori invisible). Además, se juega también la baza del amor, cuando Elsa está dispuesta a morir por quedarse con el Grial, y Indy no es capaz de salvarla.

En definitiva, y para los que han decidido saltarse la parrafada: La Última Cruzada es la que me gusta más, y punto. Oremos por Spielberg, Lucas, Ford y compañía para que de ellos salga una buena cuarta parte. Y recuerden...

...Keepin' up with the Joneses!

miércoles, 26 de marzo de 2008

Spielberg y Peter Jackson ponen rostro a Tintín

Se llama Thomas Sangster, tiene 17 años, ha participado en películas como Love, Actually, La última legión o La niñera mágica y, según el tabloide londinense Daily Mail, será el Tintín de carne y hueso que transportarán a la gran pantalla primero, en 2009, Steven Spielberg, y posteriormente, con una secuela propia, Peter Jackson. La noticia no se ha confirmado, pero desde Dreamworks, la factoría de Spielberg, tampoco se ha querido desmentir el rumor. Por otra parte, parece que Andy Serkis, que hizo de Gollum en la trilogía de El Señor de los Anillos, interpretará al capitán Haddock.


Por lo visto, se realizará una trilogía sobre el mítico personaje creado por el belga Georges Remi (Hergé) en 1929. La primera película la dirigirá Spielberg y la secuela Jackson. No es la primera vez que se adaptan las aventuras de Tintín al cine: ya lo hicieron Jean-Jacques Vierne en 1961, con Tintín y el misterio del Toisón de oro, y Philippe Condroyer en 1964, con Tintín y las naranjas azules. Ninguno de los dos filmes tuvo demasiada repercusión, y ninguno de ellos se basó en historetas originales de Hergé, sino que desarrollaron guiones propios. Para la trilogía, parece que se va a utilizar el sistema de animación en 3-D y captura de movimiento empleado por Robert Zemeckis en Polar Express y Beowulf. Esto sería una lástima, almenos desde el punto de vista de un servidor, que no se considera muy amigo de este tipo de tecnología para el cine. Además, qué diablos, estamos hablando de un personaje clásico del mundo del cómic, el paso de las desgastadas páginas de los tebeos a los impersonales píxeles redondeados puede resultar un tanto traumático. Confiemos, aún así, en la profesionalidad de Spielberg. Como apunte final, aclarar que a un servidor le hubiera gustado ver un filme de Tintín realizado hace 20 años con Ronald Koeman como protagonista. Las razones son obvias.

Todo lo que sé de los festivales metaleros de 2008 en España

El panorama de festivales metaleros de principios de este verano se presenta movido en España. Si la tendencia global en cuanto a festivales ya es de crecimiento, expansión y acumulación, en el terreno concreto de eventos masivos dedicados únicamente a grupos de rock duro y heavy metal no hay excepción. En los próximos meses de junio y julio tendrán lugar en nuestro país nada menos que cuatro festivales: el Monsters of Rock y el Metalway, ambos en Zaragoza, el Kobetasonik, en Bilbao, y el Vía de la Plata Festival, en Mérida. A continuación les ofrecemos un resumen de la información confirmada y los rumores que a día de hoy existen de todos ellos.

- Vía de la Plata Festival: este festival se va a celebrar por primera vez este año, y tendrá lugar en la ciudad extremeña de Mérida el día 11 de julio. Como cabezas de cartel actuarán los británicos Iron Maiden, líderes de la famosa New Wave of British Heavy Metal (nueva ola de heavy metal británico) de finales de los años 70, y los norteamericanos Slayer, uno de los 4 fantásticos (junto a Metallica, Megadeth y Anthrax) del género extremo thrash metal. Además, tocarán los españoles Barón Rojo, el grupo de metalcore Avenged Sevenfold, la banda de speed metal Iced Earth, los australianos Rose Tattoo y Lauren Harris, la hija del bajista de Iron Maiden Steve Harris. El festival se celebrará en el Albergue Juvenil de Mérida, los horarios aún están por definir. Por el momento se han vendido unas 6.000 entradas, y se espera que asistan al evento unas 30.000 personas. El precio de las entradas es de 55 euros.

- Kobetasonik: éste es otro festival de nueva creación. Se celebrará en Bilbao los días 20 y 21 de junio. Como cabezas de cartel, presenta a los míticos Kiss, grupo de rock duro con más de 30 años de carrera famoso por el excesivo maquillaje que sus miembros usan en el escenario, y a Judas Priest, seguramente la banda más importante de la historia del heavy metal junto a Iron Maiden. Competan el cartel los grupos de power metal Helloween, Blind Guardian y Gamma Ray; los agresivos Cavalera Conspiracy, banda que reúne de nuevo a los hermanos Cavalera, fundadores de la célebre banda brasileña de thrash metal Sepultura; los suizos Gotthard; los finlandeses Apocalyptica, innovadores por su propuesta de interpretar temas célebres del heavy metal mediante música clase; los Death Angel, grupo clásico de la escena de thrash metal de San Francisco de los 80; y los vascos Latzen. Además, según la organización, faltan todavía bandas por confirmar. El precio del abono para los dos días es de 100 euros, mientras que las entradas de cada uno de los dos días por separado cuestan 60 euros.

- Monsters of Rock y Metalway: aquí vamos a entrar en el terreno de los rumores, más que de las informaciones fidedignas. La situación que a día de hoy presentan estos dos festivales es de incertidumbre, las informaciones de van filtrando con cuentagotas y los foros de Internet rebasan de rumores. Para entender de qué va la historia, debemos remontarnos a ediciones pasadas de los eventos. Ambos festivales se habían celebrado hasta ahora en fechas cercanas pero de forma totalmente independiente, el Metalway en la ciudad de Gernika y el Monsters of Rock en Zaragoza. Pues bien, en 2008, como ya hemos visto, aparece el Kobetasonik en Bilbao, y se habla de la posible desaparición del Metalway. Pero hay una sorpresa: el Metalway se traslada a Zaragoza. Se rumorea entonces acerca de la probable desaparición del Monsters of Rock. De nuevo, sorpresa: se mantienen ambos festivales en la capital maña. Y no sólo eso: ambos los organiza la misma promotora, los dos en el mismo recinto (la Feria de Muestras, donde se celebraron las ediciones pasadas del Monsters of Rock) y en dos fechas consecutivas, el 11 y el 12 de julio. ¿Por qué todo este circo? ¿No sería más fácil crear un solo festival con un solo nombre? Este es un misterio para el cual la única solución lógica que se puede encontrar no dice mucho a favor de los organizadores: se habla de que el evento no se unifica para que no sea posible que sus asistentes compren abonos para los dos días y se tengan que gastar más dinero comprando entradas individuales, para los dos días por separado (en vez de 100 euros para dos días deberían gastar 60 para un día y 60 para el otro). Sobre los grupos, muy poca cosa se sabe hasta el momento. La organización no ha dado todavía informaciones oficiales al respecto. En cuanto al Metalway, se hablaba hace tiempo de Iron Maiden como cabeza de cartel, aunque eso era antes, cuando se especulaba con la idea de que el evento se celebraría en San Sebastián (antes de que apareciera el Kobetasonik en escena). Ahora hay quien sigue defendiendo este rumor, confiando en que, aprovechando que va a Bilbao, la banda británica se deje caer también por Zaragoza. En cuanto al Monsters of Rock, hay confirmados, teóricamente, tres grupos: los alemanes Rage y dos grupos de death metal, los suecos Soilwork y los norteamericanos Obituary. Aunque no podemos decir que estén totalmente confirmados para el cartel, pues por lo visto aparecieron en sus respectivas páginas web oficiales visitas a España para las fechas del festival, pero poco después las quitaron, presumiblemente a petición de la organización, que todavía no quería desvelar nada al respecto. Esperemos que en breve se nos ofrezcan informaciones oficiales, pues eso sería de mucha ayuda para los seguidores del rock duro y el heavy metal que deben decidir a qué festival o festivales asistir en el próximo verano. De todas formas, sea como sea, parece que se avecina en la península una época de melenas, cerveza y decibelios.

jueves, 20 de marzo de 2008

Agenda de conciertos en Barcelona

27 de marzo- Dwarves; Sala Be Cool; 17-20 €
28 de marzo- Hamlet + Nunnery; Sala Apolo; 12 €
2 de abril- Mark Knopfler; Palau San Jordi; 38-48 €
6 de abril- Rage + Edenbridge + Freakozaks; Sala Razzmatazz 2; 25 €
7 de abril- El canto del loco; Sala Bikini; Entradas agotadas18 de abril- La cabra mecánica + Rafa Pons; Sala Bikini; 20€
9 de abril- Simple Plan + Elliot Minor + Falling Kids; Sala Razzmatazz 1; 25 €
11 de abril- Dorian; Sala Razzmatazz; 15 €
12 de abril- Angelic Upstarts + Red Alert + Opció K-95; Sala Razzmatazz 2; 15 €
14 de abril- Nightwish + Pain; Sala Razzmatazz; 32 €
16 de abril- Siniestro Total; Sala Bikini; 15-18 €
19 de abril- Rata Blanca; Sala Bikini; 22-25 €
24 de abril- Down; Sala Apolo
27 de abril- Backstreet Boys; Pavelló Olímpic de Badalona; 64 €
8 de mayo- Love of Lesbian; Sala Apolo
18 de mayo- Alejandro Fernández; Palau San Jordi; 25-60 €
1 de junio- Bon Jovi; Palau San Jordi; Entradas agotadas.
13 de junio- Estopa; Palau San Jordi; 26-35 €20 de julio- Bruce Springsteen; Camp Nou; desde 125 €

Babelia


Debería llamarnos la atención que el nombre de un suplemento cultural tan importante como es el de "El País" haga referencia a la bíblica Torre de Babel. La historia se encuentra en el capítulo 11 del Génesis, primer libro de la Torá y del Tanaj, la biblia hebrea (o lo que es lo mismo, el Antiguo Testamento cristiano). Con la Torre de Babel, los hombres pretendían alcanzar el cielo. Esto iba en contra de los planes de Yahveh (Dios), que se proponía que la humanidad se extendiera por toda la superficie de la Tierra y se multiplicara en ella. Por eso, hizo que los constructores empezaran a hablar distintas lenguas, lo cual produjo tal confusión que no permitió que se terminara la construcción.



Así lo narra la Bíblia:
"Toda la Tierra tenía una misma lengua y usaba las mismas palabras. Los hombres en su emigración hacia oriente hallaron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Ea, hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego». Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: «Ea, edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos así famosos y no estemos más dispersos sobre la faz de la Tierra».Mas Yahveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros». Así, Yahveh los dispersó de allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se la llamó Babel, porque allí confundió Yahveh la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie."

Todo esto da mucho que pensar.


Puede que la cultura sea nuestra torre de Babel.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Perrea, perrea (precedentes del frikismo en Eurovisión)


Que Eurovisión se iría convirtiendo progresivamente en un circo de freaks es un hecho que se veía venir desde hace unos años. Miramos atrás y recordamos con facilidad algunos precedentes. Podríamos encontrar ya primeros indicios de frikismo en la victoria en 1998 del travolo israelí Dana Internacional. No me malinterpreten. Un servidor opina firmemente que la condición sexual/hormonal de los participantes no debería tener ninguna relevancia, y que cualquier opción/situación se debería ver desde el respeto y nunca desde el morbo o la burla. Pero no nos engañemos, nuestra querida Dana es y va a ser recordada más como travolo que como cantante.

2003 es otro año rememorable en la historia reciente de Eurovisión: el año de Beth, segunda participante de OT que asaltaba el festival tras la célebre Rosa de España; la catalana quedó octava con su canción Dime, de la que ya nadie recuerda ni tan solo el estribillo, y el papel de la granadina, que quedó en séptimo lugar, tampoco fue destacado tras las espectativas creadas por nuestro país. La gente todavía recuerda el hortera Europe's living a celebration, pero la actuación en sí ha pasado a formar parte del olvido colectivo, seguramente por la coreografía, y la vergüenza ajena que ésta ocasionó en su momento. Mas si la mención de una joven hipiosa que hace 5 años no logró nada en Eurovisión con una canción seguramente tan mala como la mayoría de las que se suelen presentar al festival nos deja a todos indiferentes, el recuerdo de un joven austríaco pintoresco que respondía al nombre de Alf Poier seguramente enternecerá a los nostálgicos. No se puede afirmar que el frikismo triunfara en 2003, pues Poier quedó sexto en el festival, pero por lo menos es incuestionable su notable impacto mediático. ¡Quién no se enternece hoy día al rememorar esa notable actuación del que fuera ídolo de todos nosotros durante su breve pero intenso momento de gloria, con su gorrito, su vaquita, su gatito y su estatua de la libertad, que daba el pego aunque nadie entendiera su presencia en el escenario!

Avanzamos en el tiempo y nos situamos en 2006, año en que España manda a Eurovisión a las Ketchup, grupo de jóvenes enérgicas, pero a quienes lamentablemente ya se les había pasado su momento de gloria. Así, interpretaron el tema "Bloody Mary", sosainas como él solo, y cosecharon un lamentable puesto 21. Pero ellas no fueron, por supuesto, lo más destacado del festival. Eurovisión 2006 es sinónimo de Lordi. Este grupo de freaks finlandeses era bastante mediocre musicalmente hablando, y la imagen de tipos duros que pretendían transmitir con sus excesivos ropajes y su horrendo maquillaje se quedaba, más que nada, en el esperpento. Pero no se les puede negar el mérito de haber hecho triunfar el rock duro y los malos modales en un universo musical amanerado, reiterativo, aburrido y de melodías suaves y facilonas.

Llegamos a Eurovisión 2008 con el prometedor reto de Rodolfo Chikilicuatre, cantante argentino interpretado por el actor David Fernández (conocido también por sus papeles de el Gilipollas y Narcís Reyerta, entre otros), salido del delirante mundo de El Terrat. Este latin lover con tupé pondrá a España en el mapa del frikismo con su ya célebre (a nivel nacional) Baile del Chiki Chiki. Ojalá tenga un papel destacado, y España no haga el ridículo como de costumbre. Más que por la originalidad (escasa) de su propuesta, por el hecho de que el humor absurdo desbanque a la estella de pop habitual. Pero todavía no cantemos victoria: Irlanda envía a un pavo, Dustin the Turkey, que no se lo va a poner nada fácil a nuestro representante.

viernes, 29 de febrero de 2008

Sinfonía de Destrucción


Megadeath: un millón de muertes. Usado como unidad en conflictos nucleares.

En 1983, David Scott Mustaine, guitarrista y borracho de profesión, hasta entonces miembro de la prometedora banda de heavy metal Metallica, leyó este vocablo en alguna parte. Cabreado como estaba tras haber sido expulsado de su amado grupo y dando por finiquitada su amistad con sus ex-compañeros, James Hetfield, Lars Ulrich y el -actualmente fallecido- Cliff Burton, juró vengarse y formó su propia banda, Megadeth, de la que durante décadas sería líder, vocalista, guitarrista rítmico y solista.
En el día de ayer, jueves 28 de febrero, unos 2.500 amantes del buen thrash metal se dieron cita en la -abarrotada- sala 1 de Razzmatazz. La actuación de Mustaine y compañía se retrasó prácticamente una hora, pero la espera, amenizada por los contundentes Evile (thrash con mucha tralla al estilo Slayer), mereció la pena. El grupo abrió con Sleepwalker, probablemente la mejor canción de su último disco, y desde el principio quedó claro que la entrega del público, que coreó gran parte del repertorio, sería notable. A continuación, interpretadas a toda leche y sin ninguna pausa entre ellas, las clásicas Wake up Dead y Take no Prisoners caldearon el ambiente. Hasta que llegó la máxima locura del público (se practicó momentáneamente el arte del mosh pit) con la furiosa Skin on my Teeth, cuyas letras hablan de los intentos de suicidio de Mustaine, que pese a formar parte del repertorio thrasher clásico, es una de las fan favorites del grupo.



Megadeth es amargura, frustración, velocidad y violencia. Mustaine todavía está cabreado en su interior, y sus canciones reflejan sentimientos, con letras que van más allá del satanismo y la violencia imperantes en el metal extremo, y solos de guitarra veloces pero melódicos que hablan por sí solos. Además, la crítica política está presente en muchas canciones del grupo, más aún ahora con su último disco, United Abominations (2007), de marcado aire político, cuya portada hace un guiño a la del clásico álbum Peace Sells... But Who's Buying (1986) -en ambos aparece la sede de las Naciones Unidas en ruinas. Sin embargo, la energía que desprende el directo del grupo no se acompaña de demasiados aspavientos: para Dave Mustaine es esencial que todo suene perfecto, es básico ofrecer a su público la mejor ejecución; concentrar, por tanto, en ella, todos los esfuerzos que otros malgastan en exagerados movimientos escénicos. Esto se hizo evidente en Razzmatazz, donde el frontman se mantuvo estático excepto a la hora de gesticular (en los pocos momentos en los que no tocaba la guitarra) de acuerdo con el significado de la letra que estaba cantando (levantando el dedo corazón, haciendo como que se cortaba las venas mientras decía "now, as i die for you...", etc.). Y es que otra de las preocupaciones de Mustaine es hacerse entender en países de habla no inglesa.




La invasión de los metalheads en Razzmatazz


Tras Skin on my Teeth, la música paró por primera vez en el concierto, y Dave se dispuso a hablar, para intoducir otra canción nueva, Washington is next, de contenido político. En su breve discurso, dejó claro que en el show se iba a ofrecer básicamente música a raudales, y poca charla. Este es otro elemento común en los conciertos de Megadeth. La razón: aquí la tienen. La tralla prosiguió con Kick the chair, la única canción que interpretaron de su penúltimo disco The System Has Failed (2004), la clásica Hangar 18 y la nueva Gears of war. Después, el grupo puso el freno momentáneamente con la coreada Á tout le monde. Aún no teniendo el sonido más característico de la banda, sin duda con ella se pudo vivir uno de los momentos álgidos de la noche. Lo cierto es que Á tout le monde, single del exitoso disco Youthanasia (1994), es una de las canciones favoritas de Mustaine, que la ha interpretado en acústico, e hizo para el nuevo disco una nueva versión de ella. Pese a no ser un clásico del thrash metal, ocupa un lugar especial en la sensibilidad de los fans.

La caña siguió después con la veloz Tornado of Souls, Ashes in Your Mouth y Burnt Ice, el cuarto y último tema del disco nuevo que interpretaron. El último tramo del concierto fue sin duda el más destacable: Symphony of Destruction, cuyo riff fue coreado a base del ya mítico (y argentino) "Megadeth, aguante Megadeth"; Trust, de la cual Mustaine cantó una parte en español (sorpresa que ya había anunciado anteriormente); y las clásicas Peace Sells y Holy Wars, final apoteósico que dejó a la audiencia satisfecha y exhausta. En definitiva, Megadeth ofreció un buen directo, poderoso y muy bien interpretado. Como nota negativa, el sonido, por su poca nitidez, dejó bastante que desear, especialmente al inicio del concierto, en que apenas se oían los solos de guitarra. Luego mejoró notablemente. De todos modos, del aspecto abarrotado que presentaba la sala Razzmatazz se pudo extraer la conclusión de que el thrash metal, subgénero que tuvo su gérmen y su auge hace ya más de 20 años, todavía goza hoy en día de una salud envidiable.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Intimismo


El pasado domingo por la tarde asistí al Festival Minimalista Winter 2008, una modesta muestra musical que ofrecía La Juglaresca, un local del barrio de Gracia. En el transcurso de las diversas actuaciones estuve pensando en lo que me transmitía el carácter intimista, "minimalista" de lo que estaba escuchando. Interpretar en acústico abre tanto a los músicos como a su público todo un universo sensitivo, muy diferente al que conllevan actuaciones agresivas, eléctricas, o como quieran llamarlas. Una guitarra acústica puede expresar tanto como una eléctrica, aunque de un modo distinto: la agresividad, la pena, la calma, la alegría, la mala leche... Todo ello puede salir de una caja de resonancia, y aunque lo haga de forma más sutil que si se tratara de un enorme y potente amplificador, es probable que el oyente perceptivo note en su interior que es mayor la efectividad de las notas sin enchufe. El impacto suele resultar suave pero más profundo.
Varios artistas de rock se han dedicado tanto a la música potente como a las melodías intimistas. Tenemos como ejemplo paradigmático a Neil Young, que durante su trayectoria ha ido mostrando dos facetas muy diferenciadas, dos caras que poco tienen que ver la una con la otra: la parte rockera, garage, "ruidosa", y la parte intimista. Incluso se caracteriza porque cuando visita una ciudad suele ofrecer dos conciertos, ambos de precio desmesurado, uno acústico y otro eléctrico. Otro de los "grandes" que ha experimentado con una doble faceta similar es el mismo Bob Dylan, que comenzó su carrera musical tocando un folk minimalista y posteriormente fue duramente criticado cuando hizo evolucionar su estilo otorgándole una mayor complejidad musical. En los Eagles, vemos un caso parecido: pese a que su versión eléctrica de la archifamosa canción Hotel California tuvo un éxito enorme, en su disco Hell Freezes Over sorprendieron con una versión acústica de la misma, que acabó obteniendo tanta popularidad como la primera. ¿Sienten lo que un servidor trataba de describir al principio? No hay que infravalorar el poderío del acústico. Por último, les voy a ofrecer, si me lo permiten, un ejemplo de una práctica musical que personalmente me fascina por su efectividad: empezar en acústico para ir acelerando y acabar con una explosión de ruido y electricidad. Para ilustrarlo, una canción de los post-grungers Foo fighters.

Agenda de conciertos en Barcelona

28 de febrero- Megadeth; Razzmatazz; 30 €
29 de febrero- Symphony x + Cyrcus Maximus; Razzmatazz; 22-25 €
1 de marzo- The Mars Volta; Razzmatazz; 28-31,5 €
4 de marzo- HIM+Paradise Lost; Razzmatazz; 29 €
7 de marzo- Delorean; Razzmatazz; 12-15 €
8 de marzo- Violadores del Verso; Razzmatazz; Entradas agotadas.
16 de marzo- Alicia Keys; Pavelló Olímpic de Badalona; 48-58 €
26 de marzo- Luz Casal; Gran Teatre del Liceu; 70-80 €
2 de abril- Mark Knopfler; Palau San Jordi; 38-48 €
7 de abril- El canto del loco; Sala Bikini; Entradas agotadas
18 de abril- La cabra mecánica + Rafa Pons; Sala Bikini; 20€
24 de abril- Down; Sala Apolo
27 de abril- Backstreet Boys; Pavelló Olímpic de Badalona; 64 €
8 de mayo- Love of Lesbian; Sala Apolo
18 de mayo- Alejandro Fernández; Palau San Jordi; 25-60 €
1 de junio- Bon Jovi; Palau San Jordi; Entradas agotadas.
13 de junio- Estopa; Palau San Jordi; 26-35 €
20 de julio- Bruce Springsteen; Camp Nou; desde 125 €

lunes, 25 de febrero de 2008

Capillas culturales

Suplementos culturales, premios literarios, cinematográficos y musicales, críticas, reportajes... Piezas de los múltiples engranajes que nutren las diversas capillas culturales, las parroquias del conocimiento, que marcan las tendencias del saber según sus propios intereses, mayoritariamente editoriales. Claros ejemplos los vemos de forma bastante descarada en la relación entre las diferentes empresas de un grupo multimedia a la hora de referirse las unas a las otras. El País (o en este caso, el suplemento Babelia) no va a hablar mal de una novela editada por Aguilar, así como La Razón no va a publicar una mala crítica de un libro editado por Planeta. Lo vemos también en los premios, incluso (o mejor dicho, sobre todo) en los más prestigiosos: por algo hablamos de "películas/directores Oscar" y "películas/directores no-Oscar", o sea, películas y directores que por muy buenos que sean todo el mundo sabe que no van a ganar ningún Oscar, que ni siquiera van a ser nominados. Lo de los premios tiene tela. ¿Qué vemos en los Grammy o en los Ondas? Pues que siempre ganan los mismos. O almenos lo parece. Música comercial, comercio, lo que da el dinero, los cimientos de las empresas. ¿Cuándo veremos en los periódicos que se han llevado un Grammy grupos talentosos, con fama mundial y amplio recorrido como los Dwarves o los Gwar? De acuerdo, pregonan el sexo y la violencia, pero almenos no se meten rayas en el escenario, como hacen algunas. Puestos a seguir rajando, otra cosa que no soporto de las parroquias culturales es el empeño que ponen los suplementos a la hora de propagar unas ciertas tendencias, unas modas determinadas. Lo vemos, por ejemplo en El País Semanal, cuyas páginas desprenden en todo momento un predominante aroma pop, moda alternativa, pero no demasiado; música alternativa, pero sin pasarse. En definitiva, la única conclusión que puedo ofrecerles es que somos un rebaño, y lo único que podemos hacer es elegir a nuestro pastor.

miércoles, 20 de febrero de 2008

"I drink your milkshake!!"

La última película de Paul Thomas Anderson -director, entre otras, de la arrolladora Boogie Nights (1997) y la magnificiente Magnolia (1999)-, There Will be Blood (Pozos de Ambición), destaca, entre muchas otras cosas, por su impactante escena final (no recomiendo que abráis el link si no habéis visto la película). En ella, confluyen algunos de los elementos más resaltables del filme, y se plasman de forma esplendorosa. Estalla la violencia de Daniel Plainview, visible en menor medida pero en auge progresivo a lo largo del desarollo de la trama. Explota (trágicamente) el conflicto -eje alrededor del cual gira el argumento- entre iglesia y capitalismo o, mejor dicho, entre el despiadado y poderoso empresario protocapitalista y el clero embaucador que busca hacerse con un trozo del pastel de riquezas que proporciona la industria. Y del mismo modo, llega a su apoteosis el duelo interpretativo entre Paul Dano y un excepcional Daniel Day-Lewis, que fascina por su derroche de talento y energía, por su gestión del exceso sin perder la credibilidad.
Dejando aparte todas las connotaciones y simbologías que pueden extraerse de la escena, voy a centrarme en otro aspecto mucho más "profano": el de el impacto "cultural", por decirlo de alguna manera, que tuvo en Estados Unidos. Además de la polémica ocasionada por el tono de tintes cómicos que adquiere una situación tan dramática como la que se narra en ella, destaca la fama que esta parte final (que sin duda ya se puede contar entre los mejores finales de película de la historia del cine) ha adquirido entre los americanos. Youtube da cuenta de ello: han surgido imitaciones, versiones musicales de la escena, incluso una edición de la misma con risas enlatadas... Además, la expresión "I drink your milkshake!" ("¡Yo me bebo tu batido!"), vociferada por Day-Lewis cuando destapa su engaño al pastor (no voy a decir más), se ha vuelto popular y de uso más o menos común entre los estadounidenses. He aquí unas muestras de todo ello:

- Versión musical- la combinación de la canción con las voces de los personajes está bastante trabajada.
- "Milkshake"- diversas escenas en versión "milkshake".
- "Drink my milkshake!"- Daniel Plainview llama a una línea erótica.
- Imitador- con playback.
- Imitadora- en la nieve.
- Ja, ja, ja- con risas enlatadas. En realidad, aunque no tan descaradamente, la escena produce risas similares en las salas.